Hablemos de David Bowie y su carrera en el mundo del cine como el eterno `Cracked actor´...
David Bowie siempre ha sido un actor, y ser un actor fue lo que le llevó a crear su
extraordinaria música y obras maestras del pop como Hunky Dory, Ziggy stardust,
Aladdin Sane, Diamond Dogs, Low, Heores, Scary Monsters o Let´s dance.
Y es que, hasta fuera de plató David Bowie es un actor y siempre lo ha sido, y
aún hoy no existe una frontera clara entre el personaje y la persona real de
David Jones. Dónde termina una y empieza la otra es el gran enigma que se
esconde en este tremendo y transgresor artista. Precisamente es ese enigma no
desvelado -después de casi medio siglo- su gran obra y uno de los legados de expresión
artística más inquietantes del siglo XX.
Hoy
es bien conocida la faceta fílmica de David Bowie y sus incursiones en el mundo
del cine. Para toda una generación, adepta o no a su música, el Bowie actor
siempre será Jareth, el Rey de los Goblins, en Dentro del laberinto. Estando lejos de ser su mejor aparición en la
pantalla, esta película ha quedado como una especie de icono en el que el ex delgado
Duque Blanco calzaba mallas y pelo a lo Tina Turner subiendo y bajando
escaleras en un universo Escher. Pero, antes y después de esta producción
fantástica cargada de muñecajos y un argumento muy de la época, Bowie trabajó
en un buen puñado de películas, más o menos afortunadas, que vamos a repasar.
Filmografía básica de
David Bowie
David Bowie ha actuado hasta la fecha en una docena de películas y ha realizado otros
tantos cameos en la gran pantalla y en telefilmes. Las notables dotes
interpretativas del cantante eran sobradamente apreciadas antes de que diese el
paso lógico a la gran pantalla, ofreciendo magistrales espectáculos cargados de
dramatismo y hechizo, con un Bowie siempre perturbador en giras como las de
Aladdin Sane o Diamond Dogs. Su primer papel le vino de la mano del director
Nicolas Roeg, un maestro del suspense bizarro, que ya había trabajado en su
ópera prima, Performance, con otra
estrella del rock, Mick Jagger.
The
man who fell to earth
(1976) parecía un papel hecho a medida del músico. Cuenta el director que
cuando Bowie se presentó ante él para optar por el papel y cruzó un par de
palabras supo de inmediato quién sería Thomas Jerome Newton, el extraterrestre
que llega a la tierra buscando agua y es corrompido por los vicios perniciosos
humanos, fracasando en su misión. No hay duda de que no pudo haber mejor
comienzo en la pantalla para una personalidad tan alienígena como David Bowie, en
su momento vital más alienado, sumido en delirios cocainómanos y un caos
identitario importante entre los personajes creados por él mismo y el verdadero
David Jones.
Su
soberbia interpretación en este clásico de la ciencia ficción le supuso un
reconocimiento importante en el gremio cinematográfico y le llevaron dos años
después a interpretar otro papel protagonista, con Just a Gigolo de David
Hammings, y que al parecer fue un desastre. “Las 32 películas de Elvis condensadas en una” –como Bowie la
definió- no tuvo el éxito esperado por éste y en su mosqueó dejó de hablar al director,
por algunos años. Pero las sobradas aptitudes y profesionalidad en los rodajes
de David, que combinaba con su impresionante carrera musical, fueron puestas en
manos de otros directores ya en la década de los 80. Primeramente con Merry
Christmas, Mr. Lawrence (1983), después del cameo en Chritiane
F., su papel en la teleserie Baal (con barbas y a lo loco) y de
interpretar magistralmente el papel de El
hombre elefante en Broadway. Nagisa Oshima dirigió una película cargada de
homoerotismo y centrada en el prisionero de guerra británico Jack Celliers. La
cinta es quizá la más apreciada por el mundo del cine de cuantas ha participado
el cantante, y nos regala algunas escenas inolvidables y una banda sonora
magnífica a cargo del propio David y de Ryuichi Sakamoto.
Tras
Mr Lawrence, Bowie se embarcó en el largometraje, The Hunger (El ansia), dirigida por Tony Scott –Top Gun, Días de trueno- y junto a Catherine
Deneuve y Susan Sharandon; una peli de vampiros que pasó sin pena ni gloria,
pero que, sin duda, merece la pena ver, por lo kitsch del asunto y por
reconocer la vistosa moda dark wave
del momento, en la que grupos como Bauhaus o The Cure hacían las delicias de un
extenso público. Y después de algún cameo que otro, Bowie se puso las mallas
para la más entrañable de sus apariciones, la de Dentro del laberinto
(1986), de Jim Henson. Nunca hubo un malo menos malo y repulsivo en el cine
fantástico para niños, con su peluca de kabuki y su rollito glam, y esa
memorable escena en la que interpreta “Magic dance” bailando con los
monstruitos, un momento apoteósico. Ese mismo año trabajaría junto a Sade en Absolute
beginners (Principiantes),
que se convirtió en otro fiasco aun con Ray Davies en el papel de padre y Bowie
bailando claqué. Más convincente resultó su aparición como Poncio Pilatos en La
última tentación de Cristo o incluso ya en 1991 su cameo en Twin
Peaks, en el episodio "Fire walk
with me".
Los
90 fueron musicalmente productivos para Bowie, que comenzó a adentrarse cada
vez más en el mundo del arte plástico y, como ya ocurrió en los 70 con su
primer trabajo en el cine, apareció el papel perfecto con el biopic sobre Basquiat que otro artista, Julian
Schnabell –Antes que anochezca-
filmaría, para dar vida, completando el círculo, a uno de sus héroes: Andy
Warhol. El gran reparto de Basquiat (1996), con Dennis Hopper,
Benicio del Toro, Willem Dafoe y Courtney Love, no fue suficiente para que la
crítica no calificara la cinta de “intento
fallido”. Si por algo destaca la película es por las magníficas
interpretaciones de Bowie y compañía y por una excelente banda sonora a cargo
de Tom Waits y Charlie Parker. Il mio west –Gunslinger revenge-
(1998), del director Giovanni Veronesi, convertiría a Bowie en un pistolero
psicópata, protagonizando con Harvey Keitel su único spaggheti western hasta la fecha. La década la cerraría en la piel
de un elegante matón urbano en Everybody loves sunshine (aka B.U.S.T.E.D), una película de cine
independiente británico protagonizada por Goldie, el maestro de la música
jungle.
El
secreto de Mr. Rice,
un drama fantástico, fue la entrada de Bowie al siglo XXI, donde continuó
asomando su figura regia en Zoolander e interpretando al enigmático inventor Nikola Tesla en The
Prestige, (El truco Final,
2006), dirigida por Christopher Nolan. Después de su cameo en August
-con Josh Harnett- el genial artista, que desde que empezó su carrera en el
cine ha pasado por los papeles de extraterrestre, gigoló, vampiro, soldado gay,
Poncio Pilatos, Warhol, pistolero glam o matón moderno, no ha tenido ninguna
aparición notable en la pantalla y hay que contestarse con disfrutar de joyas delirantes
como el videoclip para The Next Day,
la canción homónima de su trabajo discográfico más reciente.
© David de Dorian, 2014
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