Hablemos de la novela biográfica del cantante de Eels…
Esta no es la historia de alguien famoso. Es solamente de la vida de un tío (uno que además se ve de vez en cuando metido en situaciones similares a las de la vida de un tío famoso). Ponerse a hacer esto tiene una carga inherente de EGO, de QUÉ IMPORTANTE SOY, que me hace sentir incómodo. Pero no me hubiera puesto a ello si no creyese que la mía es una historia bastante peculiar. No soy tan importante. Gracias a la educación que recibí, ridícula, trágica a veces y siempre inestable, me fue concedido un don, el de la inseguridad abrumadora.
Mark Oliver Everett, o como se le llama en el mundillo de la música, Mr. E, o como todos nosotros le hemos conocido hasta la fecha –el que lo conozca-, Eels, ha encontrado un hueco para sorprendernos con una encantadora autobiografía llamada `Cosas que los nietos deberían saber´.
Tras una triunfante carrera musical, el errático y entrañable personaje que se esconde tras Eels, publicando desde 1992 joyas del rock alternativo como Beautifull Freak (1996) o Electro-Shock Blues (1998), decidió plasmar en un libro toda una vida llena de dramáticos momentos y situaciones sorprendentemente tormentosas, pero de la manera más dulce y directa que uno pueda imaginar. La interesante vida del músico, marcada por una situación familiar que le hizo refugiarse en un mundo propio y las trágicas muertes de sus seres queridos, es plasmada con sorprendente naturalidad en esta sincera autobiografía, mostrando un peculiar universo que llega a recordar por momentos a personajes tan clásicos como Holden Caulfield.
Lo que predomina en `Cosas que los nietos deberían saber´ no es sino el ansia de salir de la negra depresión y la soledad que frecuentemente persiguen a Everett y que parece haber sido la relación más estable y exitosa que jamás haya tenido. Echando un vistazo a su carrera musical y a las críticas de esta biografía novelada se entiende por qué lo de exitosa. Sus interesantes reflexiones acerca de la vida y la muerte y el panorama musical alternativo de los 90 son vertidas sin dramaturgia alguna, de una manera totalmente sencilla, sin pomposidad ni pretensiones filosóficas, con la mirada de alguien que ante todo apuesta por la vida porque ha encontrado su razón de ser en el universo. “La supuesta cultura alternativa trajo consigo una fea constatación: en realidad no era alternativa en absoluto. Estaba a la venta, igual que cualquier otro producto comercial. Era una rebelión en contra de nada”, nos dice en uno de los capítulos. Everett es un verdadero freak que trata con sabia distancia y cierta resignación santa sus continuos avatares y altibajos, con una perspectiva tan espontánea como sorprendente, acometiendo la cotidianeidad de la única manera que sabría hacerlo quien está acostumbrado a que lo cotidiano resulte esencialmente calamitoso, escabroso y extraño. La franqueza con la que el autor habla sobre temas como la soledad, la muerte, la enfermedad, la industria musical o la música, le convierten a ojos del lector en una personalidad pura merecedora del éxito –bastante discreto por otra parte– y del happy ending.
Tal vez, para Everett haya significado la terapia definitiva, la inmediata excorcización de los demonios que siempre acompañaron al músico, y la desaparición de estos al ver compartidas sus tremendas experiencias más allá de su inquietante y cautivador lenguaje musical. Al menos sus posteriores trabajos discográficos así lo muestran. De momento, y desde que se publicara en 2009, Everett ya ha sido recompensado como best seller en Inglaterra y recibido como el mejor libro de autoayuda que no pretende ayudar a nadie, algo que, seguramente, haya entusiasmado sobremanera al simpático artista. Pero lo que tenemos en las páginas de `Things grandchildren should know´, conozcas o nos la música de Eels, es una estupenda biografía que se lee de forma muy cómoda y disfrutable, una obra con la que todos podemos sentirnos reconocidos e identificados y que enciende al lector con el bálsamo de la empatía, teniendo la agradable sensación de haber cogido cariño a un personaje, Mr. E, con el que conectas casi al instante. Su música, (su obra, perfecta para freaks verdaderos y personalidades inestables) si no la conoces, te sorprenderá igualmente, cuando la comiences a escuchar como banda sonora mientras lees esta delicia de la literatura actual y comprendes que el dolor puede llegar a tener recompensa.
© David de Dorian, 2013
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