Hablemos de 101 discos de los 90 clásicos y no tan clásicos...
62- BANDWAGONESQUE, 1991
(TEENAGE FUNCLUB)
Influencias
de la costa oeste desde Beach Boys a Big Star, composiciones redondas de power pop con riffs y armonías bien
conglomeradas y unas letras que fluctúan entre la ironía y la ingenuidad. Bandwagonesque despide energía a
raudales en cada tema y con ese sonido grueso y sucio tan característico que lo
convierte en un claro producto de su tiempo convive con fortuna con otras
bandas insignes del momento como Nirvana, Sonic Youth o My Bloody Valentine.
Piezas soleadas (“The concept”), momentos dulces y contagiosos (“What do you to
me”, “Guiding star”) instrumentales poseídos (“Satán”) o himnos etílicos
(“Alcoholiday”) que te engancharán por su positiva instantaneidad.
63- SPIDERS, 1996
(SPACE)
Space
se presentó con el magnífico Spiders como
una banda excéntrica de Liverpool que cultivaba un pop-rock alternativo algo
arriesgado pero muy resultón y atractivo, repleto de sentido del humor (a veces
escabroso) y un tono desenfadado y festivo, añadiendo a sus animadas canciones
de infecciosas melodías vocales influencias del hip-hop, el reggae o del
folklore nostálgico de la Europa del este. “Neighbourhood”, “Mister Psycho”, “Me
and you versus the world” o su tremendo hit “Female of the species” dejan claro
que están aquí para vacilar y pasarlo bien, a ser posible con algo de
sustancias ilegales y mucho bailoteo simiesco.
64- YOUR ARSENAL, 1992
(MORRISSEY)
Producido
por el guitar-hero de los Spiders y mano derecha de Bowie en la era Ziggy, Mick Ronson, la tercera entrega
del combativo Morrissey vuelve a presentar la mejor cara del ex vocalista de Smiths,
con un sonido más rock y evidentes influencias del glam -“Glamorous glue”- y el
rockabilly -“You´re gonna need someone on your side”-, sin olvidar ese pop
directo e instantáneo de bella factura al que nos tiene tan acostumbrados, con
grandes singles como “You´re the one for me, fatty” o “Tomorrow” y temas
enormes que despiden un todavía a
Smiths -“Seasick, yet still docked”- y que nos hablan de agudas observaciones
sociales con la acidez propia del genio mancuniano.
65- MOON SAFARI, 1998
(AIR)
El
debut de este dúo electrónico francés fue una de las sorpresas del año. Moon Safari destila elegancia y ese savoir-faire propio de los galos, con influencias nacionales
como el genio de los sintetizadores Jean Michelle-Jarre o el ecléctico Serge
Gainsbourg, algo claro desde su primer corte, aglutinando de la forma más
novedosa y lograda estupendos toques jazzy, chill out, pop clásico, tonos
robóticos y voces femeninas más allá de la mera electrónica base y convirtiendo
sus temas en piezas redondas con grandes hits –“Sexy boy” –, desde texturas espaciales a lo
cálido y agradable: “Kelly watch the stars”, “Ce matin la” o “La femme
d´Argent”, ideal para un cóctel nocturno en noches veraniegas.
66- DEEP, 1990 (PETER
MURPHY)
El
vampírico líder de Bauhaus estrena los 90 con su disco más portentoso e
inspirado en solitario. Deep es su
cenit artístico y comercial: rock gótico para todos los públicos con una fuerte
carga artística, oscuridad, voz rica y profunda, de contundente y amenazador fraseo,
y un fuerte gusto por la poesía con textos crípticos para acometer con estilos new
wave, pop, rock, funky o electrónica canciones que se han convertido en
clásicos, como la hechizante “Strange kind of love” (con tres versiones
distintas) y la brillante “Cuts you up”, donde Murphy despliega la enorme expresividad
de su voz enigmática a través de unas melodías fascinantes no exentas de cierta
épica.
67- CURTAINS, 1997
(TINDERSTICKS)
Curtains es una obra maestra, una epopeya
sonora conducida por la profunda y doliente voz del crooner Stuart Staples, a
través de hondas composiciones revestidas de orquestaciones de cine –“Another
night in”, “Let´s pretend”– y una
instrumentación ecléctica, tomando influencias de Scott Walker o Serge
Gaisbourg con un toque indie. El tercer disco de los británicos transita por
conocidos terrenos oscuros, siempre con decadente elegancia –“Rented rooms”–
y un atuendo vistoso, exuberante,
seductor, melancólico, dramático y teatral, como para la hora del último
Martini, un trabajo cinematográfico y con momentos casanovescos y vertiginosos
como “Buried bones” o (Tonight) Are you trying to fall in love again”. Toda una
película.
68- BLUE ALBUM, 1994 (WEEZER)
La
tremenda “Buddy Holly” acaparó al instante la atención del público y dio a
conocer mundialmente a través de un estupendo video clip a una nueva banda
californiana de rock alternativo que pregonaba un power pop deudor de Pixies y un
sonido contemporáneo de gruesas guitarras y melodías bien fabricadas. El llamado
Blue album es un disco inmediato,
contagioso, cargado de estribillos, de un sutil humor repleto de cultura pop y
con una producción contundente y pesada al estilo de Nevermind, que lo convierten en un producto reflejo perfecto de
aquél momento, condensado en memorables piezas como “Surf wax America” o el
single “Undone”.
69- GOING FOR GOLD, 1999
(SHED SEVEN)
Los
olvidados Shed Seven despliegan su deslumbrante brit-pop en un recopilatorio
que ofrece lo mejor de los tres primeros discos de una banda que en sus mejores
momentos rivaliza con sus afines Oasis ganándoles por goleada: “Getting better”
o “Chasing rainbows”. Actitud chulesca y guitarras de poderosos riffs con estribillos
que se contagian (“Going for gold”), baladas redondas adornadas con cuerdas (“High
hopes”), algo de Madchester (“Dolphins”),
un poco de disco funky decadente y pegadizo (“Disco down”), las mejores influencias
brit (“Mark”) y ese fuerte regusto a himno que hará las delicias de quienes
disfrutan con el rock británico más común de aquella década.
70- MEMORIAL BEACH, 1993
(A-HA)
De
“Take on me” a Memorial beach hay un
abismo: ya no son los 80 y, además, ese hit universal tampoco presenta un fiel
retrato de su exquisita música. Su quinto trabajo es aun hoy el disco maldito
de a-ha, una banda esencial poco
digerida y de composiciones particularmente bellas, evocadoras y de una
perfección y gusto inusitados. Último álbum antes de su largo “standby”, Memorial beach explora su lado más rock
y oscuro hasta la fecha, con una producción convencional pero refinada, esa
portentosa voz y melodías artesanales de arreglos preciosistas, letras cripticas
y un misticismo nocturno y veraniego que lo inunda todo, brillando con joyas
selectas del fulgor de “Dark is the night”, “Locust”, “Lamb to the slaughter” o
ese melancólico himno homónimo…
71- THE CHARLATANS, 1995
El
cuarto disco de los curanderos mancunianos
registra un sonido más profundo y nutrido que sus joyas pasadas, con canciones
más apegadas al rock stoniano, sin
olvidar la base propia de ese estilo dance rock lisérgico que los convirtió en
uno de los abanderados de la movida Madchester a principios de la década. Con este álbum homónimo, el grupo emprende la
transición a un brit pop más rico en matices, equilibrando la identidad acid house de sus primeros álbumes con
el rock tradicional de guitarras y pegadizos estribillos, y logrando resultados
memorables como “Just looking”, o “Crashin´in”, donde sus exclusivos teclados se
entrelazan con riffs y colosales melodías.
Espectacular descubrimiento: Shed 7.
ResponderEliminarGracias.
Deberías volver.
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