Hablemos de Morrissey, su reciente `Autobiografía´ y su trabajo lírico más allá de sus coléricas declaraciones...
“Los
Beckham deberían ser apaleados por insoportables”
EL POP COMO CLÁSICO DE LA LITERATURA
“Los grupos españoles
son malos, pero tranquilos, los ingleses son mucho peores”. Esto es ser cortés y amable, además de
demostrar que Morrissey, a pesar de
lo que parezca, puede ser magnánimo y simpático. El genial ex cantante de
Smiths ha publicado recientemente una autobiografía en la que no deja títere
con cabeza y que a buen seguro es uno de los libros con menos desperdicio del
panorama literario actual. ¿Y dónde lo ha publicado? Ni más ni menos que en la
colección de Penguin Classics, junto con otros grandes como Cervantes,
Shakespeare, Borges o su admirado Wilde. ¿Por qué no? ¿Acaso se les ocurre
alguien con más frases provechosas sobre la vida y la actualidad por metro
cuadrado?
Para
quien no lo conozca o solo lo conozca por encima, diremos que Steven Patrick
Morrissey es el Oscar Wilde de los obreros y, al parecer, el único personaje
sin pelos en la lengua en cuestiones sociales y de vital importancia para la Humanidad
en el mundo de la música pop. Su obra como vocalista y co-escritor del
impagable legado de The Smiths, le convirtieron en uno de los músicos más
originales y de las personalidades más lenguaraces de los años 80 y sucesivos,
ya con una extensa y fructífera carrera en solitario. Sus diatribas contra la
monarquía inglesa y contra el consumo de carne son bien conocidas, pero ¿y su
obra lírica? Aquí haremos un repaso de algunos de sus momentos más
espectaculares, tanto en las viperinas declaraciones de su vida pública como en
su tremendo trabajo musical-literario.
La
experiencia de Morrissey escribiendo sobre la vida de alguien no es nueva, ya
que la primera incursión en el mundo del arte por parte de Morrissey no fue
para coger un micrófono, sino para escribir la biografía de una de sus
estrellas particulares con James Dean is
not dead. Aunque esta vez no se ha tratado de la vida ajena de un gran
actor, no podemos dejar pasar de largo el alto grado de leyenda que se ve
reflejado en Autobiography. La compleja personalidad de Steve puede
vislumbrarse a través de cualquier biografía sobre la banda y su persona. Un
tipo tímido, esquivo, taciturno, solitario, introvertido, sexualmente ambiguo, de
gran intelecto y dotes atléticas, en definitiva, rarete, que creció en los
suburbios de Manchester en medio de las fuertes crisis sociopolíticas de la
Inglaterra de los 70 y salvaguardando su espíritu en la buena literatura y en
grupos como New York Dolls o artistas como David Bowie.
Todo
comenzó cuando Morrissey conoció en un concierto de Patti Smith a Johnny Marr, un tipo espabilado y hecho
a la calle, que le llamó la atención sobre su voz y con el que emprendería el
noble arte de la confección de canciones, para convertir a su banda, The Smiths, en la más influyente desde
los 80 para el pop británico. Desde su primer lanzamiento discográfico,
Morrissey dejó muy claro sus intenciones de facturar una lírica sombría y
bella, repleta de romanticismo postmoderno y no exenta de esa fina ironía
trágica extraída de Wilde, con un cúmulo de dramáticas viñetas a través de sus
contagiosas canciones y su voz melismática en tono barítono de evocador
falsete. Pero además, la maestría de Morrissey, más allá de su particular voz y
de sus sensibles letras, radica en la sabia utilización del icono popular como
catalizador para un gran público: Alain Delon, James Dean, Virginia Woolf, Jean
Marais, Terence Stamp, Elvis o él mismo, han pasado por las portadas de sus
trabajos. Y es que, puede que Morrissey sea inútil para realizar actividades
cotidianas, pero nadie mejor para llevar la cultura pop a nivel de historia:
“No
puedo sobrevivir en situaciones normales. No puedo enfrentarme a la rutina de
un trabajo. No puedo hablar afablemente con mi vecino. Pero lo que los otros
consideran situaciones poco comunes y embarazosas, a mí me resultan glamorosas
y agradables”
La
bien llevada ambigüedad de Morrissey y sus ataques contra todo bicho viviente
que no sea de su agrado, han alimentado a la prensa musical y a la no musical del
Reino Unido durante décadas, dejando a la altura del betún las tibias y
anodinas declaraciones de la mayoría de los grupos de su generación y
siguientes, por los que Mozzer no parece sentir ninguna piedad: “Robert Smith [The Cure] es un quejica”, “The Cure es una nueva dimensión de la palabra basura”, “Madonna está más cerca de la prostitución
organizada que cualquier otra cosa”, “Está
haciéndose notar todo el tiempo y explicándonos su vida personal. A nadie le
interesa. Debería largarse” (sobre Elton John), “Bob Geldof es un personaje repugnante. Band Aid fue la plataforma más
santurrona que ha existido jamás en la música popular”, “Son muy mansos conmigo. Que Dios bendiga a
Noel, pero busco algo con más mordiente y rabia”, (sobre Oasis). ¿Han
tenido suficiente? Esto es solo parte de a lo que al mundo del pop se refiere.
Como
vegetariano militante ha hecho apología -desde Meat is murder- de su virulencia contra cualquier comedor de carne.
“Huelo carne quemada. Y rezo a Dios para
que sea humana”, declaró sobre el escenario en Coachella, o “¿Viste en las noticias cómo maltrataban a
los animales? Es absolutamente terrorífico. No puedo dejar de pensar que los
chinos son una subespecie”, “Vivimos en un mundo criminal, como
han demostrado los eventos en Noruega, con 97 muertos. Pero eso no es nada
comparado con lo que pasa cada día en McDonald’s y Kentucky Fried Mierda” y para mezclar ambos mundos esta
perla: “El rinoceronte está ahora más o
menos extinguido y no es a causa del calentamiento global o los hábitats en
peligro. Es a causa de los bolsos de Beyoncé” Aunque sus más furibundas
embestidas se las otorga a la realeza británica, comenzando porque su banda
viste en ocasiones camisetas con el slogan “Odiamos
a William y Kate” y en contadas ocasiones les ha deseado la muerte. Y no
solo a la realiza británica: “La pena del atentado del IRA en Brighton es que
Thatcher salió ilesa”, aunque como bien sabemos la prefiere en la guillotina: The kind people/ have a wonderful dream/ Margaret on the guillotine/
Cause people like you/ make me feel so tired/ When will you die?” (“La gente
buena/ tiene un sueño maravilloso,/ Margaret en la guillotina,/ porque la gente
como tú/ me hace sentir tan cansado…/¿Cuándo te morirás?) Tras su muerte,
Morrissey, ni corto ni perezoso hizo circular por los medios una destructiva
carta en la que tachó de barbárica a la Dama de Hierro declarando que “era el terror sin un átomo de humanidad”
Y no le faltó razón.
La
otra cara de Morrissey, porque sin una no existe la otra, es esa sensibilidad abocada
a lo dramático que tan bien sabe expresar en sus canciones, a través de
contundentes líneas, y que le han hecho escribir muchas de los temas pop más
geniales desde los 80. Su extremismo es bien conocido en el mundo de la música
(“Mantengo
que si tu cabello está mal, toda tu vida está mal”) desde que This charming man pegara fuerte: “I would go out tonight/ but I haven't got a stitch to wear (“saldría esta noche pero no tengo nada que
ponerme”) o “A jumped-up pantry boy/
who never knew his place” (“Un chico
presuntuoso que no sabe estar en su sitio”). Una lírica muy rica con gran
carga romántica y un “dos contra el mundo” siempre presente (“No, it's not like any other love/ this one
is different - because it's us/ But I know my luck too well/ and I'll probably
never see you again”: “No es como cualquier otro amor porque es nuestro, pero
conozco mi destino muy bien y sé que seguramente nunca volveré a verte”),
siempre ácido (And if you must to go to
work tomorrow/ well, if were you i wouldn´t bother/ for there are brighter
sides to life/ and i should know because i ve seen then/ but not very often”: Y
si tienes que ir a trabajar mañana/ si yo fuera tu no me molestaría/ hay
mejores en lugares en la vida en los que estar/ lo sé porque los he visto/
aunque no por mucho tiempo”), siempre con un trasfondo de desastre ante la
vida.
No
hay más que echar un vistazo a algunos de sus títulos con Smiths y en solitario
para darse cuenta de lo cenizo de sus historias: “Last night i dreamt that somebody
loved me” (“Anoche soñé que alguien me amaba”), “Heaven knows i´m miserable now”
(“El cielo sabe que soy miserable ahora”), “Miserable lie” (“Mentira
miserable”), “I know it´s over” (“Sé que se ha acabado”), “Please, please,
please, let me get what i want”(“Por favor, déjame conseguir lo que quiero”),
“Still ill” (“Todavía enfermo”), “Unhappy birthday” (“Cumpleaños infeliz”),
“Girlfriend in a coma” (“Novia en coma”), “I started something i couldn´t
finihsed” (“Empecé algo que no pude acabar”), “Life is a pigsty” (“La vida es
una pocilga”), “Maladjusted” (“Inadaptado”) o “Years of refusal” (“años de
negación”). Si bien su lado caustico y mordaz se encuentra igualmente presente:
“The more you ignore me the closer i get” (“Cuanto más me ignoras más que acerco”),
“We hate our friends when become successful (“Odiamos a nuestros amigos cuando
se hacen exitosos”), “Sweet and tender hooligan” (“Dulce y tierno hooligan”),
“You just haven´t earned yet, baby” (“No te lo has merecido todavía, cariño”),
“Pretty girls make graves” (“Las chicas bonitas cavan tumbas”) o “I want the
one i can´t have” (“Quiero al único que no puedo tener”).
Ante
todo, Morrissey ha legado al mundo un estupendo catálogo de música pop con
canciones magníficas y emocionantes, contagiosas y, en su mayoría, de tono
alegre y risueño, agridulces, entre las que se encuentran algunos grandes
éxitos de todos los tiempos que, aunque no conozcas al personaje, seguramente
hayas oído alguna que otra vez sin saber ubicar su pegadizo estribillo. Los
artistas y grupos que de una manera u otra acusan influencias de su estilo
vocal y su glamour decadente son legión, pero su marca sigue siendo única e
inimitable. Ahora, con su Autobiografía,
antes de publicarse ya convertida en clásico, descubriremos en profundidad el
universo tan peculiar de este hombre encantador que tanto tiene que enseñar y
mostrarnos aún, y del que quedan por explotar la gran mayoría de sus joyas
musicales como espejos si todavía no has entrado en su fascinante mundo. Más
allá de que tengamos a nuestra disposición una atractiva biografía de puño y
letra del mismo autor, lo más importante de todo este tinglado es, que gracias
a su inserción en una colección tan importante como Penguin Classics, la música pop ha dado un paso importante para
posicionarse como parte esencial de la historia y una de las fuentes más notables
de nuestra cultura colectiva.
© David de Dorian, 2014
(Ilustración: Nuno Gomes)
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