Hablemos de 10 canciones pop sobre poetas del siglo XX...
Como ya hemos demostrado en varias entregas, la poesía ha sido una gran fuente de inspiración y una eterna aliada para la música pop, que ha llegado a crear obras maestras bajo la inspiración del mundo de la poesía y sus figuras, y que ha conseguido alcanzar unas letras de enorme calidad y lirismo que se cruzan con el terreno poético, alcanzando en muchas ocasiones su mismo estatus.
1-
HUGO BALL y Talking Heads: I zimbra
Este tremendo bombazo
mezcla de ritmos tribales africanos y música disco filtrada por sintetizadores
surgió cuando el todopoderoso Brian Eno sugirió a David Byrne adaptar el poema “Gadji beri bimba”, del artista alemán
Hugo Ball, una de las principales figuras del Dadaismo y fundador del Cabaret
Voltaire, para lo que sería el fantástico tercer álbum de la banda, Fear
of music (1979). El resultado fue una de las genialidades más
maravillosas de mr. Byrne, en una unión espectacular entre texto y música, que
llevaría a los neyorquinos a otra dimensión en la vanguardia del pop. “gadji beri bimba glandridi laula lonni
cadori/ gadjama gramma berida bimbala glandri galassassa
laulitalomini/(…)zimzim urullala zimzim urullala zimzim zanzibar zimzalla zam/
elifantolim brussala bulomen brussala bulomen tromtata”
2- FEDERICO GARCÍA LORCA y The Pogues: Lorca´s novena
El asesinato por una
tropa fascista del poeta español más internacional es a día de hoy todo un
misterio y una vergüenza patria. El traumático hecho, que ha trascendido en el
tiempo y las fronteras hasta llegar a la música pop, es relatado en un tono dramático por los
irlandeses The Pogues. A través de la
voz “tabernosa” de Shane MacGowan y su hábil lírica para retratar el momento
del “paseíllo” hacia aquel sombrío paraje granadino (“The years
went by and then the killers came/and took the men and marched them up the hill
of pain”), se abordan algunas de las claves del crimen, como los “dos tiros
en el culo, por maricón” -palabras de uno de sus asesinos- (“And Lorca the faggot poet they left till
last/ blew his brains out with a pistol up his arse”) que recibió Lorca. La
canción aparece en Hell´s ditch (1990) providencialmente producido por Joe
Strummer.
3-
BERTOLT BRECHT y Dead Can Dance: How fortunate the man with none
Taciturna, oscura,
profunda y solemne cual misa negra es la música con que Dead can dance celebran uno de los poemas del influyente dramaturgo
alemán, escrito en 1928 y tomado para la canción desde su traducción a lengua
inglesa por John Willett. Dadas las referencias bíblicas del poema (“How great and wise was Solomon”), titulado
por el padre del teatro épico Die Ballade von den Prominenten,
se encuentra magistralmente musicalizado, y su fraseo de soltura mística a modo
de salmos une a la perfección poética y melodía. El tema es el perfecto final que cierra el
sexto disco de la banda australiana, Into the Labyrinth (1993). “Its fear of God that brought us to that
stateHow fortunate the man with none”
4-
DYLAN THOMAS y John Cale: Do not go gentle into that good night
Siempre bien
relacionado con la literatura y otras disciplinas artísticas en su obra en
solitario, el ex Velvet underground
aborda musicalmente uno de los poemas más hermosos de todo el siglo XX. Siempre
clásico y experimental, Cale lleva a su terreno “No entres dócilmente en esa
buena noche…” con gran destreza, intensificando a través del piano unos
versos en los que el bohemio poeta británico explora la dimensión del
envejecimiento y el viaje hacia la muerte. La canción se engloba en uno de los
trabajos más interesantes del músico británico, Words for the dying,
publicado en 1989 aunque compuesto años atrás como respuesta a la Guerra de las Malvinas, y que incluía otras piezas de Dylan Thomas, también recitadas. “Aunque los sabios entienden al final que la
oscuridad es lo correcto/ como a su verbo ningún rayo ha confiado vigor/ no
entran dócilmente en esa buena noche”
5-
BORIS PASTERNAK y Regina Spektor: Après moi
Con ese tono
inquietante conducido por el piano, la cantautora neoyorquina hace gala de su
ascendencia rusa musicalizando uno de los poemas del Premio Nobel ruso. El
autor de “El doctor Zhivago” dejó
constancia de una melodiosa lírica que Spektor plasma en su lengua materna en
los versos traducidos como “February. Get
ink, shed tears./ Write of it, sob your heart out, sing,/ while torrential
slush that roars/ burns in the blackness of the spring.”, y los recubre de
un preciosismo clasicista y solemne que hace las delicias del oyente cuando su
voz seductora acomete las líneas cantadas en ruso. El tema está publicado en su
cuarto álbum, Begin to hope (2006), y es una de las múltiples piezas que la
cantante compone al abrigo del mundo de la poesía.
6-
AUDEN y Carla Bruni: Lady weeping at the crossroads
En su álbum No
promises (2007), la artista francesa interpreta una docena de canciones
basadas en textos de autores británicos de la talla de Yeats, Emily Dickinson, Dorothy Parker, Christina
Rossetii o W.H. Auden cantados en la lengua de estos. La Bruni ofrece a
través de los versos de Auden un triste relato de desesperación amorosa “Starless are the nights of travel,
/ bleak the winter wind; / run with terror all before you/ and regret behind”,
con una pieza tan sosegada como deliciosa que se adapta de forma muy lograda al
poema, con esos aires desapasionados y bohemios perfectos para la voz de la
artista, que conduce hacia un desenlace en blanco y negro propio de heroína de
cine clásico.
7-
CARL SANDBURG y Sufjan Stevens: Come on! Feel the Illinoise!
¿Qué mejor poeta para
rendir tributo que Carl Sandburg en un álbum conceptual en torno al estado de
Illinois? El espíritu del vate norteamericano, oriundo de esas tierras, se le
aparece en sueños al imaginativo cantautor (“I cried myself to sleep last night/ and the ghost of Carl, he
approached my window”), que firma con esta pieza una de las mejores composiciones
de su álbum más célebre hasta la
fecha, publicado en 2005. Sufjan transforma su sueño con el poeta en un
exuberante y orquestal bosque melódico, plagado de florituras oníricas y
risueñas, para celebrar la figura del hombre que ganó uno de sus premios Pulitzer con la publicación de su
poesía completa. “And we laughed at the
beatitudes of a thousand lines/ we were asked at the attitudes/ they reminded
us of death”
8-
E.E. CUMMINGS y Ra Ra Riot: Dying is fine
Esta notable banda indie de Nueva York toma el poema “dying is fine)but Death” de e.e. cummings
para componer una brillante pieza pop con la que hacen gala de su admiración
por una de las voces poéticas más importantes y personales del siglo XX. La
penumbra contenida en los versos del artista se disipa en una melodía
contagiosa que en su estribillo canta alegremente “Death, oh baby. You know that dying is fine, but maybe i wouldn’t like
death if death were good. Not even if death were good”, representado en el
poema con la particular sintaxis fragmentada y gráfica con la que Cummings se
expresa, y gracias a la cual rompe la estructura del verso alejándolo de toda
ortodoxia. El pegadizo homenaje aparece en The rhumb line (2008), un fabuloso
debut, que además de ser su mejor trabajo hasta la fecha, contiene otras
referencias literarias.
9- ALLEN GINSBERG y Bush: Machinehead
"Machine says i saw the best minds of my generation" es el verso que inspiró a Gavin Rossdale, líder de la banda británica Bush, para componer este feroz tema cargado de descontento y basado en el famoso “Howl” (Aullido) del poeta beat Allen Gisnberg, La canción, publicada en su álbum debut Sixteen Stone (1994), contiene toda la rabia y frustración de la escena musical en boga, y consigue adecuar de manera natural el tema del icónico poema a su década, conectando así, a través de enérgicos riffs, la generación beat con la surgida de la era grunge, en la que Ginsberg ya se había convertido en todo un icono de la cultura pop norteamericana. Cosa paradójica para una banda originaria de Londres, que gozó de gran éxito en Estados Unidos y de poco favor en su país, que comenzaba a tomar el relevo sonoro tras la muerte, poco antes, de Curk Cobain.
10-
JOHN COOPER CLARKE y Arctic Monkeys: I wanna be yours
A Alex Turner siempre
le ha fascinado el poder de la palabra y su sonoridad. Escuchando sus canciones
parece que pudieran paladearse sus chulescos y seductores fraseos, siempre
repletos de un ritmo y una melodía prodigiosa. Quizá la culpa la tenga John Cooper Clarke, el llamado poeta
punk, conectado a bandas como Buzzcocks o Joy Division, a los que teloneaba en una particular performance de
sus textos, siempre surrealistas y sardónicos. Turner, con su declarada
idolatría por el artista, toma uno de sus poemas para revestirlo como un
decadente y elegante lamento en el que incluye algún buen verso de su propia
cosecha. El poeta, al parecer la única persona a la que le gusta el nombre de
la banda según Turner, manifestó a la revista musical NME su admiración por el trabajo con sus versos, que cierra
magistralmente AM, publicado en 2013.
(Ilustración: Christopher David Ryan )
Publicar un comentario