Hablemos del Morrison Hotel de los Doors y su nueva novela gráfica...
“Estaba
probando los límites de la realidad, sentía curiosidad por ver qué pasaría, eso
fue todo”
Con motivo de los 50 años ya cumplidos
desde la publicación de Morrison Hotel en 1970, Z2 Comics lleva a los Doors
al terreno del 9º arte en una
estupenda novela gráfica que, entre
otras buenas cosas, narra los momentos previos a uno de los hitos más sonados
de su legendaria carrera: el concierto en el Dinner Key Auditorium de Miami en 1969.
De la mano de la escritora Leah Moore y los miembros
supervivientes de la banda californiana, Robby
Krieger y John Densmore
(guitarra y batería), Morrison hotel. Graphic novel, nos
transporta al convulso año 1969
desde la mirada de una banda inmersa en el caos de su carismático líder, Jim Morrison.
En la novela han colaborado
distintos dibujantes e ilustradores, trazando un relato sumergido en la Contracultura y la tremenda influencia
que los Doors irradiaron. Una época,
la del fin del espíritu libre de la década de los 60 y la entrada a los 70, que
acabaría con el movimiento hippy una noche de verano californiano en la que los
acólitos de Charles Manson
asesinaron a la actriz Sharon Tate en
su casa de Los Ángeles, mientras la Guerra de Vietnam no dejaba de provocar
sangrías y horror y colectivos sociales se echaban a la calle entre disturbio y
disturbio para exigir derechos civiles, justicia e igualdad.
Una época, en definitiva, fascinante, en la que el flamante quinto álbum de los Doors vio la luz, precedido de los escándalos y los problemas legales de Morrison, que iniciaba un declive personal considerable y un auge creativo exuberante que llevaría a la banda a dar dos joyas imprescindibles de la historia del rock: Morrison Hotel (1970) y L.A. Woman (1971).
En sus dos partes: Hard Rock
Café y Morrison Hotel, encontramos algunos de los temas más enérgicos
y disfrutables de su trayectoria como “Roadhouse blues”, “Peace frog” o “Land
Ho”, entre cortes de un romanticismo oscuro y evocador con “Waiting for the
sun” o la placentera “Blue Sunday” y joyas imperecederas de la talla de “The
Spy” o la enorme “Queen of the highway”. Un disco redondo, altamente sugestivo
y en ocasiones juguetón, que demostraba la buena forma creativa de una banda
que destilaba toda su existencia en cada canción.
El concierto del 1 de marzo de 1969 en el Dinner Auditorium de Miami es una de las piedras angulares de una novela gráfica que vuelve a demostrar la buena sintonía entre el 9º Arte y el rock. Lo que fue una típica performance dentro de los parámetros de un grupo de rock existencial pero hedonista como este, se convirtió, gracias a las autoridades y a los jueces de la moral -que ya le pisaban los talones- en un escándalo de proporciones hollywoodienses que acarreó a Morrison un fuerte desgaste personal y económico debido al proceso judicial al que fue sometido.
Aunque el 69 comenzó con el éxito
de “Touch me” como single, este
sería sin duda el periodo más difícil para la banda. Un alcoholismo galopante, una
nueva afición por la cocaína y por la periodista Patricia Kennealy, así como varios altercados junto a su compañero
de farra el actor Tom Baker,
presagiaban lo que aún estaba por llegar.
A la mañana siguiente de un
concierto que se convirtió en leyenda no solo gracias a las peroratas de
Morrison hacia una concurrencia que ocupaba el doble de localidades de las
permitidas,
- “No
estoy hablando de no revolución, no estoy hablando de no manifestarse. Estoy
hablando de pasarlo de puta madre este verano. ¿Estáis listos, estáis listos,
estáis listos? ¡Sois un puñado de
jodidos esclavos!”-,
Morrison era detenido por la
policía de Miami, acusado de escándalo público, por haber mostrado el pene y hasta
haberse masturbado…o simularlo.
Leyenda viva gracias a una antología
gráfica que no solo recuerda la publicación de un álbum extraordinario, sino la
tan disfrutable relación entre disciplinas, de la que su narradora, Leah Moore, apunta: “Los Doors son tan teatrales, con tanto
desparpajo y tanta capacidad de contar historias, que encajan de forma natural
en un cómic. Por las letras que escribieron y la energía con la que tocaron,
creo que las canciones no solo se prestan al medio, sino que piden a gritos ser
cómic”
© David de Dorian, 2021
Publicar un comentario