Hablemos sobre hacer turismo por París a través de 10 canciones pop…
"One
day we're gonna live in Paris
I
promise"
París,
Friendly Fires
Porque, aunque París es jazz y chanson,
también la música pop tiene un hueco
en su corazón para dedicarle a la ciudad de la luz buenísimas canciones: a sus
calles, sus catedrales, sus cafés, sus puentes, sus barrios, sus museos, sus
famosos edificios y monumentos, sus bulevares…
Como decía Hemingway, “a París siempre
se vuelve”, y aquí va otra recopilación -tras 10 novelas ambientadas en París- de canciones pop homenaje a la Ville de la Lumière, con las que
haremos un disfrutable recorrido turístico por algunos de sus distritos y rincones
más emblemáticos y bellos.
No olvides pinchar en los links disponibles para escuchar las canciones y consultar información relacionada.
1-
Champs Élysées (THE ADICTS)
Partiendo desde la principal vía de
la ciudad, los afamados Campos Elíseos,
testigo principal de la historia de Francia desde el siglo XVII; una amplia
avenida que parte desde el Arco del
Triunfo para llegar a la place de la
Concorde, uniendo así dos puntos inapelables de nuestra visita, y a la que
esta banda punk británica le dedica un tema en su Bar room bop EP (1985),
en el que toman un cambio de dirección más new-wave en consonancia con una
letra, que probablemente critica así el género y las nuevas estrellas de la
comercialidad pop -muy lejos del punk original de los Adicts- que se dejaban
ver por los clubes más de moda de la zona, una de las áreas más chic y
aristocráticas de París durante los años 80 y hasta hoy: Dance the night away/ down in gay Paris/ dance the night away/ on the
Champs-Elysees.
2-
The Louvre (SPARKS)
Desde la Concordia atravesando los
jardines de las Tullerías, los hermanos
Mael nos guían por nuestra visita obligada al Museo del Louvre: The tourist
guide explains my aims/ "This one's a monument to change"/ The
tourists do marvel, they touch my cold marble. Obras maestras de la
civilización occidental facturadas por artistas como Leonardo da Vinci, Miguel
Ángel, Delacroix, Vermeer, Caravaggio, Gericault, Canova, El Bosco, Tiziano o
Rembrandt y piezas tan importantes como el código de Hammurabi, la Venus de
Milo, la Victoria de Samotracia o la Dama de Auxerre en un palacio imponente, coronado
por la pirámide de cristal de Ieoh Ming
Pei construida por el bicentenario de la
Revolución francesa. La banda
angelina une arte y música pop, ofreciéndonos un popurrí de estilos musicales para conformar un homenaje
de rock extravagante y freak en francés e inglés desde su segundo álbum, A
woofer in tweeter's clothing, de 1973.
3-
Pont des arts (ST. GERMAIN)
Al salir del Louvre atravesamos el Sena por el Puente de las Artes a ritmo de fusión electrónica/nu-jazz hasta el barrio de Saint-Germain-des-Press, de donde Ludovic Navarre toma el nombre para su proyecto musical. El puente
actual, con su pasarela peatonal entablada, es una reconstrucción de modelos
anteriores desde el siglo XIX, y alberga la tan famosa moda -en realidad muy
reciente- de colgar en su barandilla candados como ofrendas de amor por los
turistas. Es así que el tercer álbum de St. Germain, de donde se extrae esta
pieza, se titula precisamente Tourist, como un icono propio de la
ciudad de París. Lugar de no-encuentros entre La Maga y Horacio Oliveira
en la Rayuela de Julio
Cortázar, es, sin duda, uno de sus puentes más míticos junto al Puente de Alejandro III o el Pont Neuf, que sobrepasaremos por Quai de Conti hasta cruzar Pont
Saint-Michelle y entrar en la Isla de la
Cité a nuestro próximo punto.
4-
Notre Dame (HARMONIA)
Como si de una ceremonia real del
siglo XVIII celebrada en sus adentros se tratara, los primeros compases de esta
pieza sugieren nuestra propia entrada al sacro monumento desfilando por su nave
central, hasta llegar al crucero y circular por el deambulatorio, sumergidos en el núcleo de la pieza musical, pasaje más contemplativo, ideal para admirar la
belleza de las vidrieras, bóvedas, columnas y, sobre todo, esa luz. El tema,
lleno de espiritualidad y goce estético en sus paisajes, enlaza de nuevo con la
parte primera para terminar el recorrido encarando el hermoso rosetón,
engullidos por la palpable luz. Toda una experiencia en la catedral más famosa
del mundo, inspiradora de novelas monumentales, testimonio sempiterno y
patrimonio universal, de la mano de este supergrupo de krautrock surgido de la
fusión de Neu¡ y Cluster en su segundo disco, Deluxe
(1975).
5-
Montparnasse (ELBOW)
Al salir de la Cité nos adentramos
en la famosa Rive Gauche o margen izquierda del Sena, centro de la vida
bohemia burguesa (bobo), que vio elevar la chanson
a mito con Edith Piaf, Jacques Brel o Georges Brassens, para llegar a Montparnasse. Este barrio tomó el
relevo a Montmartre en la vida
artística e intelectual a principios del s. XX, creando una comunidad
internacional de mentes brillantes: Picasso,
Modigliani, Apollinaire, Cocteau,
Ezra Pound, Duchamp, Satie, Henry Miller o Dalí.
Algo de toda esa energía de pasiones artísticas y vidas trágicas se intuye en este
temita acústico que la banda británica nos brinda de tour por el Cementerio, donde descansan Sartre, Serge Gainsbourg, Cortázar o Baudelaire: Montparnasse dawn for the sleepless insane/ caught in our personal rain
again and again/ Serious love for the longest of lives/ not a regret when these
mumbles are through/ Gatecrashing weddings and swatting at memories of you.
6-
Eiffel tower (NITS)
No muy lejos de Montparnasse se halla
el Campo de Marte, y allí vemos
alzarse un símbolo. Here I am with my child on the Eiffel tower/ looking down/ when the
light disappears/ Paris is a frozen town: es una postal típica de cualquier
visitante, and the river is a diamond
snake, con una poética letra, And we
dream that we fall with a parachute like angels do/ We look at the world
through the eyes of birds, y una música melancólica y apacible, que remite
a imágenes de la ciudad inundadas de existencialismo, we land in a street where poets live/ where painters died. Una
panorámica desde lo alto de este hito de la construcción del hierro, inaugurada
para la Exposición Universal de 1889,
que sobrecoge al espectador o lo hace gritar, como en el homenaje de Husker Dü (I scream "Merry Eiffel
Tower High"), ante las impresionantes vistas que canta la banda
holandesa, incluidas en Les Nuits (2005). We sleep in a night on the stones of Père
Lachaise/ We look at the names of Jim Morrison and Chopin.
7-
Place Pigalle (ELLIOTT SMITH)
Para un plan nocturno nada mejor
que desembarcar en Pigalle, a los pies de Montmartre,
cuna del movimiento impresionista y
post-impresionista, donde nos espera Elliott Smith y su guitarra, que nos
guiaran por la zona cantando: Here's the
foreign son on holiday (…) See the
man on the bar who got too drunk to speak/ He endures that song mundane as it
is/ Days in a dream that wasn't his. Podría tratarse de la sombra de Toulouse-Lautrec,
Sisley, Van Gogh, Degas, que pintó a la absenta
en el extinto Café de la Nouvelle
Athènes, sito precisamente en la place Pigalle y lugar frecuentado por estos
artistas, refundado como New Moon en
los años 80 para cobijar bandas como
Noir Dèsir o Mano Negra. From the bar they
walk to Place Pigalle. Considerado el barrio rojo de París, un reguero de
neones, arquitectura neoclásica (apodada por ello la Nueva Atenas), tiendas
eróticas, salas de conciertos y bistrós, hasta llegar al emblemático Moulin Rouge (Lumières, musique et merveilles) al son ya de Gazebo.
8-
Cenando en París (MECANO)
Subiremos por la rue Lepic atravesando el Café des 2 Moulins (el de Amélie)
hasta llegar a la escalinata de la basílica del Sacre Coeur, donde nos encontramos con la mítica banda española,
que en su álbum debut (1982) nos invitan a cenar por la zona más apropiada de
la ciudad para gastar la noche y enamorarse. La place du Tertre, centro de la vida pictórica del barrio, es una
buena opción, tal vez en Chez Eugene. Sin lugar a dudas una zona que invita al
amor, al sueño y a la bohemia, plagado de rincones mágicos (Moulin de la
Galette), museos (Espace Dalí, Vie Romantique), arte callejero y buen ambiente.
Íbamos bajando desde Montmartre… un trocito
espectacular del mundo cuyo espíritu de buhardilla y melancolía quedó retratado
para siempre por Charles Aznavour en
La boheme, y que músicos de jazz como Django
Reinhardt o compositores como Irving
Berlin o Cole Porter también homenajearon.
9-
Jim Morrison's grave (STEVE TAYLOR)
El cementerio de Père Lachaise es uno de los lugares más maravillosos
que uno pueda visitar. Famosa necrópolis abierta desde principios del s. XIX, donde
descansan los restos de héroes nacionales como Delacroix, George Méliès,
Balzac, Édith Piaf o Proust,
aunque las tumbas más visitadas son las de Oscar Wilde y Jim Morrison. El
cantante de los Doors, que murió en
París en julio de 1971, ostenta su rincón más célebre. Steve Taylor, exponente
del llamado rock alternativo cristiano,
toma al Rey Lagarto como modelo de
lo que te espera en una vida fuera de la correcta senda del señor: In the city of lights I set my sights/ on a
king's domain/ It was a manhole/ dug over at the edge of town/ and a spray can
scrawl/ on a cemetary wall/ says "You'd better behave"… y otras
perlas, hasta decirte directamente, en alusión al cantante y como moraleja, que
“solo los tontos se queman”. Una curiosa
canción de 1987, sin desperdicio lírico, de un cantante que por sus
controversias en la comunidad Flanders terminó irónicamente convirtiéndose en
el Jim Morrison del rock cristiano.
10-
Palace of Versailles (AL STEWART)
Para finalizar nuestro tour por
París una buena opción es visitar el exuberante palacio de Versalles. Una parada con lección de historia incluida,
a través de esta canción en clave folk eléctrico basada en una pavana del siglo XVI, de la mano del
siempre didáctico Al Stewart, desde su álbum Time passages de
1978: The ghost of revolution/ still prowls the Paris streets/ down all the
restless centuries. Este complejo arquitectónico, residencia borbónica
inaugurada por Luis XIV en 1664 -con
toda la pompa y los fastos propios de la época-, es el modelo para enclaves
como el Palacio de la Granja de San
Ildefonso en Segovia, con su programa de fuentes mitológicas, o el Sanssouci en Potsdam. Junto a sus
hermosos jardines clasicistas y sus famosas fuentes, todo un alarde de poder
monárquico y un pedazo de historia viva, símbolo del comienzo de la lucha de
clases, y, sobre todo, universo artístico que transportará al visitante: Wondering why, it echoes/ through the lonely
palace of Versailles.
© David de Dorian, 2021
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