Hablemos del Screamadelica de Primal Scream y su genial portada…
"Se
ha convertido en el equivalente de Primal Scream del famoso logo de labios y
lengua de los Rolling Stones"
Primal
Scream es una de esas impresionantes bandas cuya extensa discografía
podría pasar por irregular si no fuera porque tienen la extraña cualidad de
facturar esa clase de álbumes de calidad extraordinaria que cambian el sentido
de la música contemporánea, aportando hitos a su década correspondiente.
Fue el caso de XTRMNTR (2000), donde dan
un salto de gigante entre las timoratas opciones musicales de fin de siècle para estrenar y retratar un
siglo XXI inmerso en la paranoia del
efecto
2000 con la contundencia con la que solo puede hacerlo una banda de
primer orden.
Se podría pensar que esto fue
debido solo a un golpe de suerte de una banda que hoy no es tan nombrada como Radiohead u otras con las que
compartieron década, una certera combinación de elementos creativos hinchados
por la urgencia de los nuevos tiempos, sedientos de nuevos registros y nuevos
-o viejos- héroes; si no fuera porque, ni mucho menos, se trataba de la primera
vez que la banda realizaba esta proeza. Ya en el año de publicación de su Exterminador,
la banda tenía bien afianzado para los restos lo que sería su disco insignia,
en el que presentarían a través de una acertadísima portada (nuestro nº3 de Portadas del Rock) su mítico e
inconfundible logotipo y que comenzaría a fraguarse al albor de las drogas psicodélicas y el Segundo
Verano del Amor a finales de los años 80, publicándose en 1991 con un
título inolvidable: Screamadelica.
LA
BANDA
Y es que, el afán de renovación
siempre ha sido el argot con el que mejor se ha desenvuelto Primal
Scream, que toma su nombre de la llamada terapia primal de Arthur Janov, a la que el mismo John Lennon se sometió después de que
el psicoterapeuta publicara The Primal Scream en 1970.
La banda nace en la ciudad escocesa
de Glasgow, liderada desde sus
parcos comienzos como dúo en 1982
por el inquieto Bobby Gillespie (1962),
que posteriormente formaría parte de The
Jesus & Mary Chain como baterista. Tras su paso por The Jesus, y con
una banda al completo, ficharían por Creation
Records, uno de los sellos clave del indie británico (My Bloody Valentine, Teenage
Fanclub), propiedad del todopoderoso Alan McGee, descubridor de Oasis.
Desde entonces y hasta 2016, la
banda ha facturado una docena de álbumes entre los que destacan -además de su
imprescindible tercera entrega- Vanishing point (1997), XTRMNTR
(2000), Evil heat (2002) y Riot city blues (2006), con la
aparición esporádica de un elenco amplio de componentes a la sombra de los
incombustibles Bobby Gillespie (voz)
y Andrew Innes (guitarra). En su
formación han tenido cabida excelentes músicos de otras bandas como Martin Duffy de Felt, Mani desde los Stone Roses o Kevin Shields, líder de My
Bloody Valentine.
Su espíritu psicodélico, su fuerte afición a las drogas y unos directos potentísimos y catárticos, constituyen otras señas de identidad mencionables.
Sonic flowers Groove (1987) y Primal
Scream (1989), fueron dos trabajos más que prescindibles, que remitían
a los Byrds, los Rolling Stones y, en su vertiente más salvaje, a los MC5 y los New York Dolls.
Sendos fracasos fueron asumidos por la banda en el momento en el que la música house, el éxtasis y, en definitiva, la cultura
rave, disfrutaban del llamado Segundo Verano del Amor, mientras Stone Roses y Happy Mondays se llevaban la palma en el terreno indie con su estilo
baggy de sonido Madchester.
Introducidos en el house por McGee, el escepticismo de la
banda ante la nueva movida se disolvió tras asistir a algunas raves. Fue en una de estas convocatorias donde conocieron a Andrew Weatherall
(1963-2020), a quien dieron una copia de su segundo y reciente disco. El talentoso
DJ, que había colaborado en un remezcla del “Hallellujah” de Happy
Mondays, alabó las baladas del álbum, destacando “I'm losing more than i'll ever have". Poco después, Innes le
ofreció realizar una remezcla del tema, reto al que se enfrentó haciendo un
creativo collage: extrajo elementos definitorios de la canción, como el bajo y
las notas de piano, y aislándolos del conjunto le añadió un loop de batería de
una grabación pirata del “What I am”
de Eddie Brickell, sumando la voz de
Gillespie cantando una línea de “Terraplane
blues” del bluesman Robert Johnson
y aderezando el resultado con la inclusión de las palabras de Peter Fonda en el clásico de moteros Los
ángeles del infierno (1966). ¿El resultado? Sorprendentemente una nueva
canción, “Loaded”, y lo que
significó el germen del siguiente flamante álbum.
Con su novedosa mezcla entre rock y música de baile, y un arcoíris
jovial de texturas rítmicas aportadas por Weatherall, la nueva criatura guio a
la banda por el camino a seguir, atravesando durante 1990 los clubes nocturnos
de Reino Unido, donde cosecharon un
éxito inaudito. La voraz absorción de la cultura
de baile y de los nutrientes del éxtasis
dieron sus frutos durante los meses siguientes, publicando una serie de singles
memorables como “Movin on up”, “Higher than the sun”, “Damage" o “Come together”, por los que Screamadelica, que se publicó en septiembre de 1991 bajo el sello Creation, se alzó con el Premio Mercury al mejor álbum.
En definitiva, Screamadelica transportó
el pasado hasta el presente, inyectando la cultura
dance y el acid house a cierta
vertiente stoniana del rock clásico y
el rock crudo de Detroit, en una época en la que rivalizó con otros discos
innovadores como Acthung baby de U2 o
la potente aparición de Nevermind de Nirvana y sobresalientes debuts afines como el de Pearl Jam (Ten) , entre un número
considerable de títulos hoy ya clásicos (Out of time, Blue lines, Innuendo,
Use your illusion, Blood sugar sex magic, Black álbum, Loveless ), que hicieron de 1991 un año prodigioso para la música pop.
En España la subcultura dance y de club que comenzara a desarrollarse en la zona de Valencia durante la segunda mitad de los años 80, se diluyó rápidamente en lo pop cuando las piezas estrella de sus sesiones entraron de lleno en las listas de éxito de los 40 Principales y otras radiofórmulas, llevando así a las masas la mítica Ruta del Bacalao, que comenzó a hacerse notar -y de qué manera- aquel año 91 que produciría hitos como Exta si…esta no (Así me gusta a mí) de Chimo Bayo, single más vendido de la historia del país y uno de los “culpables” de que la comercialidad absorbiera el movimiento.
En cuanto al (también) llamativo título de nuestro álbum, se debía cumplir la premisa de que incluyera la palabra “scream”. Fue Weatherall quien al responder a la pregunta de uno de los miembros de la banda ante lo que estaba pinchando, Funkadelic, se dio cuenta del juego de palabras. Solo faltaba la portada. Alan McGee recuerda:
"En julio de 1991 teníamos el álbum, pero no la portada. Bobby quería
que fuera una foto de la banda sentada con una modelo sexy. Pero yo dije:
'Nadie la comprará'”
Finalmente, de la portada se encargaría
el mismo diseñador del que disponía Creation,
un tipo simpático y sencillo llamado Paul
Cannell.
EL
ARTISTA
“Paul
era un anarquista. Sin duda, se hubiera tomado con sentido del humor ver la
cabeza de la Reina sobre su trabajo”
Paul
Cannell (1963-2005) es conocido por su contribución durante los años 90 como diseñador de portadas para bandas del panorama independiente de Reino Unido. Su particular visión
artística definió el estilo visual de una época en la música pop de su país y
ha sido bastante influyente hasta la actualidad, en la que su obra ostenta el
irónico honor de ser emitida en un sello real.
Entró en el mundo de la música gracias a Flowered Up, banda con la que colaboró realizando la portada para el single Phobia, y por quien conoció a Jeff Barret, director de Heavenly Recordings. Paul diseñó el fabuloso logotipo del reciente creado sello y portadas como la del sencillo “You love us” (mayo 91) de Manic Street Preachers. Tras una temporada trabajando en Heavenly se hizo el contacto con Primal Scream y Bobby Gillespie le encargó el trabajo para otro single: “Higher than the sun”.
“Empecé a vender mis pinturas ahora por una buena cantidad de dinero. Y
sería capaz de hacer cuatro o cinco cuadros al día si quisiera. Pero cuando el
dinero entra en el arte lo arruina mucho. Los negocios y el arte no se
mezclan.”
Vivió una intensa temporada de gira
junto a Fabulous (curiosa banda),
pintando en el escenario murales mientras los demás procedían a sus perfromance musicales vestidos con
provocativas camisetas pornográficas firmadas por el artista. El grupo enamoró
a un Malcolm McLaren que posó
orgulloso apoyado en el `Fab mobile´,
vehículo-tartana oficial tuneado también por Cannell.
En 1992 Heavenly organizó lo que sería la primera muestra del artista,
una exhibición de sus trabajos en la tienda de discos del sello. “Cannellism: art Will eat itself” (Cannellismo:
El arte se comerá a sí mismo”), citada como “Exposición de registros celestiales 1992”, invitó a conocer su
trabajo más allá del ámbito musical: “Paul
Cannell no quiere que leas sobre él, sino que mires los cuadros”, rezaba la página inicial del catálogo.
Más tarde, Paul formaría parte de Kenny Process Team, que lanzaría únicamente Surfin' With Kenny Process Team (1995), y se decidiría a sacar sus propias creaciones musicales con su banda Crawl, también bajo Creation, publicando el sencillo “Sourface” (1996), con portada propia y un fracaso absoluto. Continuó explorando su arte y vendiendo algunas de sus obras en el entorno de modestas galerías, y a finales de la década abandonó la escena pública y la vida alborotada de Londres para convertirse en un verdadero ermitaño de Cornwall. Allí, por razones desconocidas, se quitaría la vida en julio de 2005.
Sobre
su vida y su visión del arte existe el propio testimonio del
artista, una fuente esencial y de primera mano que nos ha llegado gracias a la
entrevista que una joven estudiante de arte de 16 años, Marceline Smith, le hizo en su estudio de Creation.
El artista se definía deudor del punk de bandas como Crass desde su temprana adolescencia,
cuando deja la escuela para dedicarse al dibujo mientras subsiste en una
imprenta durante dos años realizando trabajos comerciales (invitaciones para
fiestas, servilletas etc…), antes de ser lechero una temporada y retirarse del
trabajo remunerado para intentar vivir de su pintura, que desarrollaría durante
años tras hacer un curso básico de arte.
Sus
influencias básicas abarcan artistas del Cubismo como Picasso (“es un personaje definitivo”),
impresionistas y post-impresionistas como Monet
y Renoir, de los que admira el color
brillante y vivo de sus obras, y también la pintura abstracta expresionista
de Jackson Pollock y Mark Rothko. Confiesa no ser un erudito
del arte, aunque sabe lo que le gusta:
“Soy bastante analfabeto cuando se trata de lectura y esas cosas, pero
me gusta Caravaggio, me gusta su trabajo. Es un puro genio, un puto buen
pintor. Lo tiene, ¿sabes? Luego caí en la Abstracción y ahora no puedo salir de
ella.”
Su
estilo está básicamente inspirado en la Abstracción, pero también se basa en el arte de los niños y, por supuesto, el Arte Pop de gente como Warhol,
evitando siempre las líneas rectas: “Realmente
las odio, me opongo a las líneas rectas”. Uno de sus rasgos distintivos es lo
que llamaríamos el uso de la mano
no-dominante, descubierto durante su etapa en Creation: aunque era zurdo,
prefería utilizar su otra mano para dar a la obra un resultado naif, inacabado
y expresionista, un acabado desordenado y pretendidamente torpe:
"Tienes que saber dibujar, tienes que tener el control de tu puta mano. Todo este trabajo que ves aquí, se hace con la otra mano, ni siquiera se hace con mi mano natural. Cambié hace unos tres años y medio porque estaba harto de lo que hacía mi mano izquierda. Me gusta dibujar con la derecha porque está desordenado, es como un niño. Es torpe. Esa es la única forma en que he podido construir la abstracción. Me estaba volviendo demasiado peligrosamente técnico con este brazo "
Los materiales que utiliza el artista abarcan una amplia gama que puede definirse como de aprovechamiento de recursos disponibles para la producción artística:
"Utilizo principalmente aceites, pero agrego cosas como pintura para el
hogar, capas base o algo así. Uso esto y masilla para carrocería, material
reciclado. Mi compañero trabaja en un garaje y lo recoge de la trastienda,
luego lo trae a casa para mí. Lo mezclo con la pintura y se acumula como un
cemento. Es realmente bueno. Muy divertido "
Encontramos así un artista
peculiar, individual y, en la mejor de sus acepciones, urbano. Paul Cannell está fuera de toda
ortodoxia estilística y de toda teoría clasificable, no se adscribe a ninguna
de las corrientes en boga y, al mismo tiempo, extrae de todas lo que más le
interesa, reutilizando y aprovechando los recursos y las influencias más
clásicas y más modernas a su antojo, con el fin de que el resultado, eso sí,
sea lo más personal posible. Es sin duda una de esas clases de artista que, si
bien no han pasado -por desgracia- al panteón de la Historia del Arte, merecen un apartado como outsider de la disciplina
artística.
Su trabajo más icónico fue la
portada de uno de los discos destinados a cambiar el sonido y las tendencias de
la música pop durante la última década del siglo XX, dejando una impronta renovadora
que impactó de lleno en el panorama visual asociado a la época rave, dotándolo de
significado y distinción y creando así prácticamente el logotipo oficial de la última gran era química cultural de Reino Unido.
LA
OBRA
“No soy muy buen artista y no me gusta
particularmente hacer portadas de discos”
Cannell se inspiró
en una mancha de humedad en las paredes de la oficina de Creation Records -después de tomar LSD- para la obra que exhibiría la portada, apropiadamente titulada
Psychedelic
sunburst (Rayos de sol
psicodélico).
Como muy bien dijo Allan McGee, la imagen se ha convertido
en el logotipo oficial de la banda, uno
de los emblemas más icónicos de la música pop de los 90 y una marca casi
tan potente como la famosa lengua de los Rolling Stones. Es por eso que la obra
ha alcanzado el estatus de símbolo de una época desde entonces.
Los trabajos para los sencillos “Higher than the sun” y “Don´t fight it, feel it” (cortes 4 y 3 del álbum) supusieron la
antesala de la propia portada:
“Bobby no me puso el disco, simplemente me dijo el título, lo que me
pareció perfecto. Pasamos mucho tiempo hablando de pintura y averiguando lo que
quería. Dijo que buscaba algo abstracto, cercano al jazz”
Atendiendo a la declaración del
propio artista y las indicaciones del cantante, no resulta difícil pensar en
algunos discos de jazz que alberguen el concepto de lo que sería
la portada de Screamadelica. Sin ir más lejos, viene a la cabeza la mítica y
genial carpeta para uno de los trabajos culmen del género: Time out (1959) de The Dave Brubeck Quartet. El álbum que
apadrina la archiconocida “Take five”
ostenta una de las portadas más hermosas de la historia de la música, creación
del artista hawaiano de ascendencia japonesa Sadamitsu “Neil” Fujita, que trabajó para Columbia Records entre 1954-1960.
No resulta engañoso establecer una
línea entre Screamadleica y el arte visual de Fujita para Dave Brubeck, Charles Mingus o Glenn Gould como referentes que, a su
vez, remiten directamente a artistas de la Historia del Arte como Robert y Sonia Delauny, pioneros del arte abstracto abanderados del Orfismo
(con sus colores puros) y padres del Simultaneismo, que estudiaba el ritmo y el movimiento, y de donde se toma la idea para el álbum de jazz que
precisamente innovaría en el campo del ritmo.
No sabemos si Cannell pensó o dio con estos hitos del arte visual y del jazz al respecto de las palabras de Bobby Gillespie, pero resulta igualmente lógico pensar en una línea inconsciente y usual en productores de arte abstracto. Nuestro artista realizó para el diseño de ambos sencillos mencionados dos cuadros imbuidos de esa forma artística, que recuerdan de una manera más clara al arte neoexpresioinista de Jean-Michelle Basquiat.
El arte de Basquiat constituye en la obra de Cannell para Primal Scream la referencia más directa
y obvia. El artista neoyorquino, que había triunfado durante la década de los 80 con una mezcla
novedosa de expresionismo abstracto y
grafiti, moriría de sobredosis en 1988,
año en que comenzaría a desarrollarse en Reino Unido el acid-house y la cultura rave
hasta eclosionar un año después en el Segundo verano del amor. Para
entonces, el arte de Basquiat y las tendencias urbanas ya estaban filtrándose en la cultura pop y de masas de manera notable y es más que probable que
un artista inquieto y en ciernes como Cannell lo absorbiera. Por supuesto, no
se trata de una captura total del artista callejero, puesto que Cannell diluye
su contemporaneidad con otras influencias igualmente claras: Picasso y, sobre todo, el Pollock de la década de los 30-40 y óleos como Birth (1938-1941), Male and Female (h. 1942), The Moon-Woman Cuts the Circle (h.
1943) o Pasifae (1943), donde observamos su colorido y sus formas
expresivas.
Con su hedonismo y su libertad
química, el underground dance adoptó el `smily´ como icono de la
cultura del éxtasis. Un ícono popularizado en los 70 por los hermanos Spain (Bernard y Murray) para
vender artículos comerciales, desde botones y camisetas hasta parches
acompañados del slogan “Have a nice day”. El conocido y
perpetuo icono no es más que la abstracción
de una cabeza con grandes ojos y una gran sonrisa elíptica, una suerte pop
de uno de los motivos recurrentes del arte abstracto que podemos encontrar en
todos los referentes del artista y otros pintores, influencias indirectas, como
Jean Dubuffet y su Smiling
Face (La Bouche media luna) de 1948.
Psychedelic sunburst
Con la plasmación de su estilo ya
definido para la banda en estos trabajos, Cannell emprendería su propio icono sin haber escuchado una sola nota
de Screamadelica.
Fue el ojo psicodélico de Bobby
Gillespie quien reparó en uno de los motivos del lienzo que el artista
realizó para “Higher than the sun”.
Se trataba de una especie de retrato urbano, un rostro abstracto que se le
antojó como un sol al avispado vocalista.
El artista aisló el motivo del
conjunto y volvió a pintarlo para convertirlo en un símbolo absoluto inspirado
por la mancha de humedad de la pared (de ahí los tonos texturizados), integrando en la obra otros elementos que lo harían definitorio: simplicidad, colores
primarios -vivos y llamativos-, concepto de logotipo comercial y las técnicas
de impresión que aprendiese en su etapa como trabajador y que fueron decisivas
para el producto final. El diseño de la portada captó de forma total y
certerísima el contenido del álbum, encapsulando así su música en la imagen:
“Parecía que el sol se hubiese tomado una pastilla. Era cálido y
psicodélico. Era todo lo que el disco representaba”, repuso el guitarrista Andrew Innes.
Efectivamente, la atractiva y sugerente
imagen tiene la virtud de evocar distintas cosas, pero todas tan excitantes
como los 11 temas del álbum. Remitiendo una vez más a la Historia del Arte,
pareciera que el famoso rostro representado por Munch se hubiese descompuesto en un grito químico a ritmo de rave
o, en un ámbito más pop e iconográfico, como si el sol hubiera colisionado de
lleno contra la diana mod y su
palidez espiritual para inyectarle toda la energía y ritmo de la nueva década.
Más allá de especulaciones, el
contexto, el espíritu de la banda y la efervescencia de las primeras líneas
cantadas del disco,
I was
blind, now I can see/ You made a believer out of me/ I'm movin' on up now/
getting out of the darkness/ My light shines on/ my light shines on/ my light
shines on,
nos dan la pista para la
interpretación más plausible de la portada: el hombre que alcanza la
iluminación por las drogas, un rostro de pupilas dilatadas.
Como en todos los periodos del arte
donde entra el concepto de Éxtasis,
más allá del simplismo hedonista de las drogas de diseño, sino como puro medio
para alcanzar a la divinidad por la exaltación de los sentidos, las características se hacen comunes: colores vivos y brillantes, distorsión de la figura y la abstracción de la representación.
Buenos ejemplos de esto son los rompimientos
celestiales en los trabajos al fresco del Palazzo del Te de Giulio
Romano en Mantua o las pinturas religiosas de El
Greco, famosos exponentes del Manierismo.
Los
colores elegidos por Cannell para su diseño son los colores
primarios puros (rojo, amarillo y azul), añadiendo el blanco y el negro, que no
son considerados colores en la Teoría
del color y que, utilizados a la par, equilibran la luz. El resultado es,
en conjunto, llamativo y exuberante, eléctrico, irradia energía y positividad,
infundiendo así las cualidades infantiles tan del gusto del autor. No se trata
de algo nuevo en su ámbito, ya que tanto Happy
Mondays como Stone Roses habían
utilizado estos recursos cromáticos de sinergia infantil en sus portadas. La
sabia combinación de estos colores puros crea una sensación afín a lo que la
música representa y produce desde sus primeras notas, siendo un alarde de sinestesia absoluta, efecto que, por
otra parte, es común a algunas sustancias psicodélicas, combustible fundamental
para el género.
Desde la Teoría de los colores de Goethe (1810), que supone un salto
adelante en la comprensión estética y la filosofía con respecto a las teorías
de Newton que conformaron el
conocimiento moderno del color y de la luz, se fueron añadiendo nuevos hitos en
este campo. El novelista alemán, padre del movimiento pre-romántico Sturm
und Drang, introduce en este volumen la Psicología del color: cómo
el color puede influir en nuestras emociones y estados de ánimo. Las
consiguientes aportaciones de Turner,
Matisse, Johannes Itten desde la Bauhaus,
Paul Klee y Kandinsky pueden ser aplicadas al objeto de nuestro estudio, pero
nos detendremos en cierta apreciación de este último.
Las relaciones entre formas y colores de Kandinski (1922), supusieron un paso adelante en el sentido de los significados de cada color, al asociar los colores primarios con el cuadrado: rojo, el triángulo: amarillo, y el círculo: azul. Así puede distinguirse, casi textualmente, en la portada de Screamadelica, donde el color rojo encuadra el motivo donde se inscribe un círculo azul.
También en la década de los 20, Mondrian
profundizaría en los colores primarios
tratando de representar la belleza universal y de expresar "la esencia del espacio a través de la
relación de un plano de color con otro", fundando bajo este enfoque el
Neoplasticismo y el movimiento De
Stijl. Piezas como Composición
III, en rojo, amarillo y azul de 1935,
que argumentan en la práctica esta premisa, nos muestra la relación de color
con la obra de Cannell, en la que igualmente se elimina lo superfluo para
llegar a la esencia y a lo elemental y cuya representación es alegre y
optimista, dos de las características neoplasticistas por excelencia.
El Suprematismo de Malévich
había llegado igualmente por esa época a la conclusión de que una paleta
primaria y limitada sería la indicada para lograr un significado directo y contemplativo que sugestionara al espectador,
como en Psychedelic Sunburst. Recordemos de todos modos que la
instrucción artística de Cannell fue básica y que estas valoraciones en cuanto
a las Vanguardias artísticas de
principios del siglo XX desembocan en su obra por códigos estrictamente
culturales bien asimilados.
Así pues, los colores saturados primarios son uno de los secretos del éxito del
icono psicodélico de Cannell, que, como hemos visto en la psicología del color, despiertan en el espectador ciertas
respuestas emocionales específicas:
el
rojo
es un color agresivo que indica vitalidad y expresa sensualidad y pasión,
elevando el nivel de energía y el sentido de la urgencia y aumentando la
presión arterial y el ritmo cardiaco. Es perfecto para destacar en una marca comercial
y despertar una alerta de compra en la mente del consumidor (como los precios
marcados o Coca-cola);
el
amarillo es luminoso, cálido, intenso y expansivo, indicando jovialidad
y afecto, fuente de energía positiva, ideal para provocar felicidad en el
consumidor (los arcos de McDonalds);
el
azul
suscita una predisposición favorable, provocando placidez y expresando armonía,
serenidad y confianza, por lo que es el color perfecto para que confíen en tu
marca (Ford);
el
blanco y el negro, expresan paz, pureza, unión y elegancia, nobleza o
sofisticación respectivamente.
Todas estas características y cualidades coloristas imprimen en el
espectador estatus de consumidor y, en conjunto, hacen que esta portada sea
además un artículo buenamente predispuesto a la compra, acercándonos asimismo a
su carácter de producto comercial por su imagen de logotipo.
Como
logotipo también tiene su referente histórico en el arte pop de Andy Warhol, aunque desde un punto de vista personal apostaría por
un ejemplo mucho más ilustrativo: el logotipo de Miró para el banco La Caixa.
Su estrella colorista (azul, rojo, amarillo sobre fondo blanco o negro) cambió
las reglas de la imagen visual corporativa para empresas, ofreciendo nuevas
posibilidades para toda una generación de diseñadores, así como la imagen de
Cannell, que hace un empleo bastante parecido al de Miró de los elementos,
supuso todo un abanico de nuevas líneas de expresión para las portadas de
discos de los años 90. La estrella mironiana y sus colores remitían
a las costas mediterráneas y el ámbito catalán de donde procedía el banco igual
que el logotipo de Cannell -cual smily
drogado- remite al ámbito de la cultura rave y neopsicodélica, con una sintonía
en la paleta cromática que infunde en el espectador ciertas emociones con las
que se puede sentir identificado, convirtiéndose así en una perfecta marca
comercial.
En definitiva, la genialidad de Paul Cannell fue crear un diseño
directo y seductor que representa los valores de la música que tan eficazmente
vende, realizando un proceso creativo similar al que Andrew Weatherall lleva a
cabo en la producción: aislando un elemento clave de otra obra para revisionarla,
añadiendo elementos ajenos tomados de productos artísticos de otras épocas
consideradas clásicas y ya asimiladas, para ofrecer una obra nueva que engloba
un estilo y una cultura propias, metamorfoseándose así en marca. Fue lo que el
productor hizo con “Loaded” a partir
de “I'm losing more than i'll ever
have" y fue lo que Cannell, remezclando su propia obra como un DJ
pictórico, hizo con Psychedelic sunburst desde su lienzo para “Higher than the sun”, al igual que Miró extrajo su logotipo bancario desde el tapiz que crease junto a
Josep Royo. Así es como se une modernidad y tradición.
Nos es imposible no apreciar la
profundidad de las raíces culturales y los códigos que, no solo al artista, le
atan a la hora de ofrecer un producto creativo o influye a sus espectadores a
la hora de apreciarlo y consumirlo, ya sea como elemento individual o para
apoyar otro producto artístico como en este caso. No quiere decir que la obra
de Paul Cannell, ni mucho menos, esté exenta de novedad, innovación o frescura,
sino todo lo contrario, constituyendo el ente de renovación visual que
significó en su época, y del que se engendraron muchos otros trabajos al albor
de la música pop. Su icónica imagen sigue hoy luciendo igual de contemporánea,
y es el testimonio artístico de una época cimentada en otras de grandes proezas
para las fuentes de expresión humanas, de las que gozaremos durante mucho
tiempo. Un lujo al alcance de todos que, además, es un pórtico de la gloria por
el que entrar en el mejor dance rock
lisérgico de una década apasionante y un año dorado para la música pop que
merece ser “arqueologizado” en profundidad.
LEGADO
Surgida en una época que produjo un
buen puñado de excelentes portadas, la obra de Screamadelica supuso, sin
embargo, un antes y un después en el arte de carpeta para álbumes discográficos.
Veremos a continuación algunos ejemplos que pueden ser relacionados directamente
con el icónico logotipo psicodélico de Paul Cannell, así como algún que otro
ejemplo afín, pero anterior (ver Hapiness de The Beloved,1990), con el fin de conocer lo que estaba en boga por
aquella época en cuanto a portadas de discos.
Lovegold de The Soup Dragons (1990): se les emparejó con Primal Scream por su sonido baggy y porque también reciclaban a los Rolling Stones, en este caso con una versión de “I´m Free” pasada por éxtasis. La portada para este tercer álbum atiende a la moda tye-dye de camisetas desteñidas, complemento baggy esencial y, como puede observarse, responde a un motivo psicodélico y efervescente, imagen caleidoscópica de colores también llamativos del que nos es fácil extraer cierto parentesco no tan conseguido.
Wish de THE CURE (1992): la estupenda portada para este icónico disco que incluye “Friday i´m in love” fue realizada por
el diseñador y colaborador del grupo Andy
Vella en su estudio, Parched Art, junto al guitarrista Porl Thompson, quien se encargó de la
pintura, de un estilo naif parecido al de Cannell y cuya inspiración en el arte infantil vuelve a aparecer en su álbum homónimo de 2004, con un dibujo
hecho por el sobrino de Robert Smith muy parecido a alguna producción del
artista de Creation.
Code:
selfish de The Fall (1992):
con portada realizada por el pintor e ilustrador francés Pascal Le Gras, colaborador de la banda y cuyo estilo puede
definirse como naif. Valoren ustedes.
Pop Voodoo de Black Grape (2017): el grupo surgido de
las cenizas de Happy Mondays se
mantiene fiel a la estética surgida de los años del acid-house y nos ofrecen
recientemente una portada a cargo del diseñador Jon Gray, donde se observa la clara influencia de Basquiat en un nuevo rostro-máscara
como motivo iconográfico, muy parecido a otras obras de artistas recientes como Ryan Callanan (AKA RYCA)
Algunas de las obras de Paul Cannel están hoy en posesión de
Allan McGee. El magnate de la industria musical británica posee una docena de
pinturas originales del artista, incluyendo el cuadro con el que diseñó la
portada para el sencillo “Don't fight it,
feel it”: "Está colgado en la
pared de la cocina de mi casa. Mi ex compañero de Creation, Dick Green, todavía
es dueño de la pintura `Higher than the sun´"
La portada fue elegida en 2011 entre una docena de trabajos icónicos para ser emitidos como sellos por la oficina de Correos de Inglaterra, junto a portadas como las de London Calling o Ziggy Stardust. Es el máximo reconocimiento, póstumo, que ha tenido Paul Cannell hasta la fecha.
“Nos sentimos halagados de que la obra de arte de Screamadelica haya sido recompensada de esta manera",
© David de Dorian, 2021
Publicar un comentario